PRESENTA EN VENECIA, FUERA DE CONCURSO, "THE COMPANY YOU KEEP"
Bienvenido mister Redford
Nunca ha sido “carne de festival” y la prueba está que, en 69 ediciones, es la primera vez que se acerca al de Venecia. Salvo su incuestionable e imprescindible presencia en el de Sundance (certamen que creó hace unos cuantos años para apoyar el cine independiente y menos comercial), Robert Redford es un hombre discreto que huye de los flashes como “alma que lleva al diablo”. THE COMPANY YOU KEEP es su última aventura como director y protagonista. Presentada fuera de concurso, la película concentra un reparto que se balancea entre la juventud de Shia LaBeouf y la veteranía de Susan Sarandon, Julie Christie, Nick Nolte o Sam Elliot..
Robert Redford y el actor Shia LaBeouf | Foto: efe
Le ha costado mucho tiempo demostrar que, detrás de ese atractivo físico, se escondía un hombre con talento. Los años no han desdibujado su perfil de galán y “se ha ganado a pulso” su categoría de leyenda. Presume de solitario, pero su aura misteriosa le delata. Ha cumplido ya los 76, pero es algo que no parece asustar al hombre al que mejor le sientan los vaqueros del planeta. Me dice que acepta el cumplido porque “a mi edad es a lo poco que puedo aspirar. Nunca me ha preocupado en exceso mi físico. He soportado durante años que me consideraran un galán. Al principio tenía su gracia pero, con el tiempo, me ha resultado muy pesado de aguantar. Te aseguro que, si me preocupara por mi aspecto, haría algo con mi pelo. Cada día está más canoso”.
Escena mítica de "Memorias de Africa" | Foto: Agencias
De buena gana le diría que le hace mucho más atractivo tenerlo así pero, adivinando mi pensamiento que no hacía otra cosa que pensar si ya había nacido así de guapo, continúa con su confidencia. “De pequeño llamaba la atención por lo horrible que era. Pecoso y pelirrojo. Mi color de pelo era motivo de mofa por parte de mis amigos, pero nunca me importó”.
Lo de la estética es algo que no le quita el sueño. Aunque reconoció haberse operado los párpados de los ojos hace años porque ya no le dejaban apenas ver, su cara es un mapa de atractivas arrugas. “Cada arruga de mi cara es mi agenda, mis señas de identidad. No me obsesiona estar atractivo hasta el final de mis días. El día que transforme mi físico por un antojo, habré atacado frontalmente mi dignidad. Y eso es algo a lo que no estoy dispuesto, salvo que sea algo necesario por salud. Si empiezo a alterar quien soy ¡estoy perdido!”.
Escuchándole hablar, de manera tranquila y pausada, resulta casi impensable creer lo que cuenta la leyenda sobre su carácter conflictivo de niño y rebelde de adolescente. “Era un trasto difícil de controlar. Mi infancia fue la de un chico muy travieso, díscolo, rebelde. Siempre estaba envuelto en peleas, disfrutaba destrozando coches y pegándole tiros a los pájaros. Si le preguntas a mis hermanos y familiares qué esperaban de mí en la vida, te dirían que yo nunca llegaría a ser nadie porque yo apuntaba para holgazán (risas). Era muy vago, no paraba quieto, iba vagabundeando de un sitio a otro y lo único que hacía era meterme en líos. Era esa época en la que no sabía qué hacer. Devoraba la vida y quemaba etapas sin medida. Estuve muy perdido, no sabía cuál era mi lugar y lo único que quería era vivir al límite. En más de una ocasión me lancé al abismo. Fui un joven muy tremendo, con tan sólo 19 o 20 años bebía muchísimo, lo probaba todo, me gustaba llegar al final de todo para saber qué pasaba…y apuré demasiado los riesgos”.
"Nunca me ha preocupado el físico.." | Foto: agencias
Los años, las vivencias y la experiencia hicieron de él un hombre sensato, competitivo, ambicioso en el talento. Reconoce que ha perdido el ánimo muchas veces, que ha estado a punto de “tirar la toalla” pero que ha sabido sobreponerse. “Soy un buen deportista, así que estoy acostumbrado a competir, por eso nunca me he dejado vencer por el desánimo. He sobrevivido a todo”. En uno de esos momentos de despierta creatividad rodó THE COMPANY YOU KEEP. En ella, Redford es un activista político que, después de vivir 30 años de incógnito, descubren su verdadera identidad. A partir de ese momento tendrá que evitar que le capturen, así como salvar el futuro de su hija y hacer las paces con su turbulento pasado. Dicen los más exigentes criticos del festival que, de haber competido en la Mostra, Redford volvería a casa con la
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