sábado, 22 de septiembre de 2012

RICHARD GERE (Amalia Eriquez )

El eterno "oficial y caballero"

Resulta sorprendente, por inusual y poco frecuente, verle llegar sin guardaespaldas o publicistas que organizan cada paso que da. Su mujer es la única compañía que quiere tener. En un mundo en el que hay más seguridad que celebrities, la cercanía de Richard Gere es un bálsamo para el stress y las prisas que se viven en todo buen festival internacional que se precie..


Richard Gere y Amalia Enríquez
“¡Qué fácil lo pone todo!”, me comentaba Mario Vázquez (la persona encargada de su agenda promocional en San Sebastián). Y es que no es nada habitual que una celebrity de Hollywood no ponga problemas para nada y no encuentre ni un inconveniente en todo un programa de entrevistas. La humildad, ausencia de vanidad y accesibilidad de este “oficial y caballero” le hacen ser excepcional a todas luces.
Susan Sarandon y Richard Gere 

Hace cinco años recibió el premio Donostia y, en la ciudad, aún no se han apagado los ecos de la revolución que se organizó. Ni la lluvia de aquél día evitó que unos dos mil donostiarras abarrotaran las calles de San Sebastián para vitorear, aplaudir y tocar al protagonista de tantas películas, que ya son parte de la memoria colectiva. Ese cariño se lo volvieron a trasladar la pasada noche del jueves cuando, ya avanzada la noche, llegaba al hotel María Cristina y le esperaban cientos de personas para recibirle. Procedente de su casa neoyorkina y acompañado por su mujer, Gere llegó en avión privado hasta Biarritz y, de allí, en coche a San Sebastián donde ya le esperaba su compañera de reparto en EL FRAUDE (TriPictures), Susan Sarandon. La actriz había llegado por la mañana via Bilbao, donde estuvo visitando -con su hijo y dos hermanas- el Museo Guggenheim.
RICHARD GERE, 2007

Otro museo, el Balenciaga, fue el que visitó el actor al terminar su encuentro con la prensa. “Nos hacemos la foto rápido porque tengo una cita”, me comentó Gere. Ante mi cara de asombro aclaró…” es con mi mujer”. Y, en ese momento, me invadió una envidia malsana porque que, después de 20 años de matrimonio, tu marido siga teniendo la ilusión de un colegial por tener una cita contigo es algo que dice mucho de cómo hay que cuidar una relación. Y con una sonrisa, me despedí -una vez más- sin decirle que es el hombre de mi vida…aunque no tenga nada que hacer. Está claro que no se puede tener todo en la vida!!

 

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Rosa Fernández Muñoz. Con la tecnología de Blogger.