PABLO BERGER CREA UNA BLANCANIEVES EN BLANCO Y NEGRO, CAÑI Y MUDA
Blancanieves se escapa del cuento
Siempre he creído que constancia y perseverancia son virtudes que te llevan –salvo contadas excepciones- a conseguir lo que anhelas. Ocho años es el tiempo que ha estado Pablo Berger persiguiendo, con ilusión y convencimiento, su sueño de convertir a la Blancanieves del cuento de los hermanos Grimm en la protagonista de su nueva película. La titánica espera ha tenido su unánime recompensa en los halagos de todo el que la
No sé si es bueno, o “un arma de doble filo”, que se creen tantas expectativas y sitúen a la película en la parrilla de salida para los premios de esta edición, pero lo que sí tengo claro es que la sensación del trabajo bien hecho es algo que debe alimentar la vanidad de Pablo y el equipo que ha elegido para esta aventura. Muda ,rodada en blanco y negro, BLANCANIEVES ha tenido un proceso similar a la laureada THE ARTIST. “Cuando me preguntaban antes por esta película, me sentaba fatal porque yo no tenía ni idea que se estaba preparando es producción”, me dice Pablo. “Ten en cuenta que yo pensaba que era el único loco al que se le había ocurrido volver al cine mudo en blanco y negro. Cuando sale THE ARTIST fue un jarro de agua fría porque todo el factor sorpresa de BLANCANIEVES quedaba anulado”.
Sin embargo, sus temores iniciales se han convertido en indisimulada alegría a medida que han pasado los días. Con un reparto adictivo, en el que la malvada madrastra (Maribel Verdú) es hasta graciosa por lo patética que resulta, tengo que destacar –a mi juicio- el gran descubrimiento de la película: la Blancanieves, Macarena García. Bella, expresiva, risueña. Su rostro llena la pantalla, su mirada hipnotiza al que la traspasa. Sin hacer ruido se ha instalado en las preferencias de los cinéfilos y en las quinielas de los que deciden los premios. Su camino se aventura largo, su talento sin fin…
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