Blancanieves: Seleccionada para los Oscar
FICHA TÉCNICA
Dirección: Pablo Berger
Guion: Pablo Berger
Producción: Ibon Cormenzana, Jérôme Vidal, Pablo Berger
Dirección de fotografía: Kiko de la Rica
Música: Alfonso de Vilallonga
Diseño de producción: Alain Bainée
Montaje: Fernando Franco
Diseño de vestuario: Paco Delgado
FICHA ARTÍSTICA
Encarna (La Madrastra): Maribel Verdú
Antonio Villalta (El padre): Daniel Giménez Cacho
Doña Concha (La Abuela): Ángela Molina
Genaro (El Chófer): Pere Ponce
Carmen (Blancanieves): Macarena García
Carmencita (Blancanieves): Sofía Oria
Don Carlos (El Apoderado): José María Pou
Carmen de Triana (La Madre): Inma Cuesta
Don Martín: Ramón Barea
Jesusín: Emilio Gavira
Rafita: Sergio Dorado
Argumento:
Blancanieves es Carmen, una bella joven con una infancia atormentada por su terrible madrastra, Encarna.
Huyendo de su pasado, Carmen, emprenderá un apasionante viaje acompañada por sus nuevos amigos: una troupe de enanos toreros.
Una Blancanieves llena de fantasía, aventuras, emoción y humor.
Nunca antes te contaron el cuento así…
Para que quede claro, no voy a entrar a
comparar Blancanieves con The Artist por mucho que las dos sean en
blanco y negro y mudas. Sobre todo porque la primera, que es la que nos
ocupa, lleva nueve años de esfuerzos para realizarse, así que como en el
cine ya no hay nada que no esté inventado, obviaremos esa parte que
seguramente mucha gente comentará.
Esta versión castiza del popular cuento,
aparte de tener toros, flamenco y mucho arte, es la más personal de
todas las que hemos podido ver. Pablo Berger ha realizado muy
valientemente una cinta como él quería y eso se nota en el resultado
final.
Estéticamente, entre el blanco y negro y
la fotografía -que es más complicada que en color, a mi modo de ver,
dado que hay que jugar más con las luces y las sombras-, y el aire de
los años 20 en los que está ambientada, ya son un deleite para la vista,
pero es que si le añadimos el maravilloso reparto que tiene empezando
por una desconocida Macarena García que está estupenda, pasando por la
malvada Maribel Verdú que está claro que tuvo que disfrutar muchísimo
del papel, hasta llegar, por nombrar a alguno, a Pere Ponce y ese
personaje chico para todo/chófer y más con ese punto retorcido que
tiene. La magia está en que realmente ni harían falta los pocos rótulos
que aparecen, con la expresividad y lo que vemos en pantalla es
realmente suficiente.
Sí que tengo que decir que echo de
menos a un enanito, puesto que son seis los que aquí hacen acto de
presencia, pero realmente si no te pones a contar ni se nota, porque se
complementan los actores entre ellos sin que echemos en falta a nadie,
además de darle un toque más cómico y romántico a la película.
Como no podría ser de otra forma, en un
film mudo la banda sonora cobra importancia, y aquí Alfonso de
Vilallonga sabe llevar muy bien la batuta y acompañar cada imagen con el
sonido que se merece y formando una gran combinación.
Una propuesta arriesgada para los tiempos
que vivimos, pero que merece la pena. Y es que aunque es el cuento como
nunca nos lo habían contado, es igualmente enternecedor desde el
principio hasta el final.
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