Hace cinco años que se le diagnosticó hepatitis C, pero no ha sido hasta ahora cuando Angelina Jolie ha sentido las consecuencias de la enfermedad. Y es que, después de sufrir continuos dolores de cabeza y sentirse falta de energía, la actriz decidió recurrir a la consulta de un renombrado doctor y el diagnóstico ha sido claro: necesita un trasplante de hígado.
Allí, la pareja de Brad Pitt quiso aprovechar su viaje benéfico para visitar al renombrado doctor Yaman Tokat para que le determinara las causas de sus fuertes dolores de cabeza y su debilidad constante. El diagnóstico fue claro: la actriz necesita un trasplante de hígado.
Y es que, desde que en 2007 se le detectara una hepatitis C, una enfermedad infecciosa que pudo contraer tras su adicción a la heroína o tras haberse realizado mil y un tatuajes por distintas partes del mundo, su hígado cada vez está más dañado.
Según las palabras que recoge la revista In Touch del médico Julian Schulze “un hígado dañado, además de cansancio, dolor y pigmentar los ojos de amarillo, puede derivar en cáncer”.
Un largo camino el que le espera por delante si decide someterse a la operación, ya que son muchos los riesgos que conlleva una intervención de este tipo. Es más, aunque ésta fuera un éxito, Angelina debería cambiar su ritmo de vida y las pelis de acción que acostumbra protagonizar por otras más tranquilas; que no supongan un gran esfuerzo físico para ella.
Esperemos que su estado de salud mejore, que todo sea un éxito en el caso de que decida operarse y como ella misma dice: “he pasado momentos difíciles, oscuros, y he sobrevivido”. Así que… ¡Mucha fuerza Angelina!
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