viernes, 5 de octubre de 2012
BODAS DE ORO DE JAMES BOND (Amalia Enriquez)
CINCUENTA AÑOS NO SON NADA..
Las "bodas de oro" de James Bond
Nunca he sido muy de Bond ¡para qué nos vamos a engañar!. Eso del Dry Martini “agitado, no batido” me ha parecido siempre una cursilería, aunque otros lo encontrasen siempre muy cool y seña de identidad que le hacía diferente. Sus dotes irresistibles de ligoteo también se me han antojado siempre excesivas, porque tampoco era para tanto el atractivo de algunos de los actores protagonistas pero, sería volver la espalda a la realidad, no reconocer que “el agente 007 al servicio de Su Graciosa Majestad” ha creado escuela..
Me incorporé al fenómeno del agente en la época de Pierce Brosnan, así que pertenezco a la nueva hornada de seguidores. Si he de ser sincera, soy más de los actores que del personaje pero, a través de los encantos físicos de los protagonistas, me he acercado al 007 y hasta me ha empezado a caer simpático. De un tiempo a esta parte, he llegado a disfrutar bastante con sus excentricidades y con esas hazañas, tan impensables e irreales, que le convierten en adictivo. Me he llegado a convencer que a James Bond le pides, e incluso, le exiges que sea “fantasma” y que salte de edificio en edificio con la misma naturalidad con la que nosotros nos calzamos unos zapatos fáciles de poner.
Mi primera toma de contacto con el irresistible agente fue en Londres, en los estudios Pinewood, donde se habían rodado la mayoría de las escenas de MUERE OTRO DIA con Pierce Brosnan y Halle Berry (2002). GOLDENEYE, EL MAÑANA NUNCA MUERE y EL MUNDO NUNCA ES SUFICIENTE fueron las otras aportaciones del actor irlandés al personaje del smoking negro. Recuerdo ese día con especial nitidez porque todos los chicos estaban como locos con la belleza incuestionable (y reconocida por las mujeres) de Halle Berry. Con el pelo “a lo chico” y un color de piel canela envidiable, la actriz de Ohio –cual flautista de Hamelin- obró el milagro de arrastrar tras de sí a todos los periodistas y dejarnos a las chicas “solas” con Brosnan, que desplegó todo su abanico de encantos para conquistarnos a todas y hacernos sentir el centro del universo en ese momento.
No volví a visitar los Pinewood hasta el año 2008 para entrevistar a otro Bond, Daniel Craig, que rodaba QUANTUM OF SOLACE. Recuerdo con calridad -y se me escapa la sonrisa al volver la memoria atrás- lo que viví ese día allí. En esos mismos estudios, se estaban rodando las escenas de algunos bailes de MAMMA MIA. Meryl Streep, Pierce Brosnan y Colin Firth paseaban por los pasillos con sus plataformas, brillos y pantalones de latex. Las artimañas del "ex agente 007" para evitar que su sucesor, el nuevo Bond, le viese “de esa guisa” nos animaron un día en el que, su juego del “ratón y el gato”, animó la jornada.
En Praga (2003) es donde pude conocer a Sean Connery, ese agente 007 que volvió locas a media población. Muy atrás quedaba su etapa como Bond pero conservaba su apostura. Presentaba LA LIGA DE LOS HOMBRES EXTRAORDINARIOS y ya nos habían avisado que era estricto, serio, altivo y un poco hosco. Tal vez le pillé en un buen día porque me encontré con un hombre distante pero correcto, amable sin excederse y buen conversador. Es cierto que, a pesar de su edad, imponía muchísimo con su presencia y te hacía sentir un “gusanillo” en el estómago que no desaparecía hasta que le perdías de vista.
Rememorando ahora todos estos recuerdos para conmemorar las “bodas de oro” del Sr Bond, me doy cuenta que -para no ser una seguidora de la saga- me he “tropezado” con tres de sus grandes exponentes. Va a ser verdad que el tiempo pone a cada uno en su sitio.. Y mi destino seguro que está en seguir intentando en encontrarle el encanto al Dry Martini "agitado,no batido"..
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Rosa Fernández Muñoz. Con la tecnología de Blogger.
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